A Wayne le acompaña una pequeña banda, llamada The Outlaw Carnies, en la que figura el contrabajista Jared McGovern y la violinista Liz Sloan, parte indivisible de ese sonido auténtico y honesto.
Country con actitud, letras despellejadas. Bob Wayne lleva años viviendo –literalmente- en la carretera, contando historias de juergas, tabernas y excesos, en muchos casos con él mismo como protagonista, aunque hace tiempo que abandonara la senda salvaje que amenazaba con llevársele al otro barrio.
Su música es sencilla, básica, sin grandes alardes y sin exceso instrumental. Hunde sus composiciones en las raíces de la música americana, buscando la inspiración entre el country y el folk yankee, todo ello aderezado con la actitud punk de la era moderna, con una genial y corrosiva verborrea.
Mandolinas, violines y banjos sirven para construir canciones que bien podrían formar parte de banda sonora de algún western, facturando piezas country de desamor y otros demonios, y poniendo el hilo musical a los desmanes de alguna ciudad sin ley.
El nuevo disco de Bob Wayne se llama “Hits the hits”, un álbum repleto de versiones en clave de rock y country que sorprenderá a más de uno.