Admirador confeso de Bob Dylan, Van Morrison y los Rolling Stones, Graham Parker es uno de los grandes nombres aparecidos en el denominado circuito pub-rock británico de los años 70, bandas y solistas que intentaban recuperar la esencia básica del rock’n’roll y los sonidos tradicionales del blues, R&B, soul o country.
El pretérito angry young man, convertido desde hace tiempo en feliz hombre familiar y con residencia en Nueva York, volvió a clamar con desabrimiento en “Acid Bubblegum” (1997), un álbum que recogía algunas actitudes de su primera etapa. “Deepcut to nowhere” (2001), variado conjunto de sonidos de un compositor siempre notable, con cortes como “Blue Horizon”, “Depend on me” o “Dark Days”, y “Your Country” (2004), disco que incluye una versión de los Grateful Dead, “Sugaree” y que vuelve a exhibir su hábil capacidad para conjugar desde una propia perspectiva las músicas de raíces americana, con herencia de Bob Dylan, Stones o The Band y un inveterado amor por los sonidos tradicionales, el R&B, el country, el soul, el pop o el rock’n’roll.