“Fingers Crossed”, o lo que es lo mismo, cruzar los dedos es uno de los gestos más frecuentes para quienes buscan atraer suerte, pedir que se cumpla un deseo o, en el caso de vernos obligados a prometer algo que no pensemos cumplir. Ian Hunter logra la hazaña en este edificante y soñador álbum siendo capaz de evocar esos sonidos que lo hicieron grande en el pasado con diez canciones.
Ian Hunter, “el tipo con las gafas de sol” es otro de los iconos del Rock & Roll a sus 77 años de edad y con un bagaje musical envidiable, los dos trabajos predecesores de “Fingers Crossed”, “Man Overboard” (2009) y especialmente “Shrunken Heads” (2007) son una maravilla, el último sobre todo, Rock and Roll enorme.
A finales de los años 60 Ian Hunter se intregra en los Mott The Hopple, David Bowie les seguía muy de cerca, hasta que a comienzos de los años setenta les propone que graben una canción suya “All the Young Dudes” (1972) a partir de ahí, varios discos números uno, giras por Estados Unidos y la publicación de un libro, el diario musical del propio Hunter “Diary of a Rock & Roll Star” desatan el gran éxito y desaparición casi de la banda, tras pasar del Rhythm & Blues al Glam más desatado.
Tras abandonar la banda en 1975 hasta nuestros días, Ian Hunter se ha ido enriqueciendo musicalmente con una serie de discos en el que han colaborado lo más granado de la industria musical, su voz cada vez más rasposa es extraordinaria a más no poder, su amistad y colaboración musical con Mick Ronson (uno de los más grandes guitarristas de la historia del Rock y guitarrista de David Bowie), esencial. (Texto: Carlos Perez)